“Hemos sido” el misterio de una canción.

Para Reynaldo y Reynaldo Jr. Y para los músicos de “Hemos sido”.

Con mi admiración y un abrazo así de grande,

Manuel Gayol Mecías

Amigo mío, tu canción surge de un sueño. Hay una profunda sed de amor no solo por una mujer ideal, sino por el ser que nos crea la inspiración de vivir. ¿Cómo es posible hablar de un pasado? ¿Decir: “Hemos sido?”, y en un vuelo las metáforas y las imágenes se encuentran en presente y corren al futuro. ¿Cómo explicar esto, amigo?, ¿ese destiempo de las pupilas que miran hacia adentro? ¿Cómo explicar ese hecho de sentir el resplandor entre las manos y, al mismo tiempo, la diversidad del universo descubierto todo en la intimidad de una canción? ¿Cómo…, amigo querido?… ¿Cómo siempre puedes conjugar la canción casi perfecta?, ¿cómo tu voz y tu sentido poético? ¿Cómo…? Si el mundo hoy en día gira al revés, y ya nos quiere impedir la calidez de la rosa y el rostro terso, los ansiosos labios entreabiertos de esa hermosa muchacha que se emociona ante la flor. leer más

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Cd Vuela… El Anhelo Transformado en Canción.

Compositor, arreglista y productor musical durante una larga y exitosa carrera, ahora Reynaldo Fernández Pavón desde su invernadero en la ciudad de Philadelphia en unión de selecto grupo de músicos nos halaga con un álbum de canciones interpretadas en su cálida voz.

Hoy es una realidad, Reynaldo Fernández Pavón después de una larga y fructífera trayectoria en la composición y producción musical de estilo clásico, utilizada tantas veces en la banda sonora de filmes y grandes espectáculos nos sorprende con el moderno álbum VUELA, integración de diez boleros, baladas y canciones pop concebidos para regalarnos un CD, incomparable en el ámbito de la música actual.

Visto a simple vista es como un gran salto al vacío. En verdad lo es, sólo que el canta-autor se ha provisto de lo necesario para “ascender” a lo infinito y luego descender en una suave caída que con seguridad llenará a muchos no sólo de asombro, sino también de emociones.

Aunque parezca increíble aquí está Reynaldo, nacido en la ciudad de La Habana en la convulsionada década de los cincuenta, con toda su energía en una interpretación singular de canciones con letra de su inspiración, del chileno Pablo Neruda o del cubano David Cherician.

Con su carácter explosivo, entusiasmado por su creatividad y la ayuda de los dioses el artista sobresale en este álbum por el lirismo de “Pequeña Rosa”, canción balada compuesta desde un poema de “Los Versos del Capitán”, de Pablo Neruda y la balada pop “La Niña que yo más quiero”, con letra del poeta David Cherician, ambas con música de Reynaldo. También incluye la canción “Quiero”, del propio canta-autor que simboliza este sueño largamente acariciado para complacer a los que hacen de la vida un eterno romance.

El álbum tiene la orquestación del maestro compositor y arreglista Vicente Rojas y la interpretación instrumental de músicos reconocidos; Carlos del Puerto Jr. joven virtuoso que ha grabado con Alejandro Sanz, en el bajo, Emilio Estrada, concertista aclamado en Europa en el violín y Joshua Anderson, “La revelación de Filadelfia” en la trompeta.

Recientemente se pudo conocer esta obra en la audición patrocinada por Temple University of Philadelphia, en donde se dio cita un público exigente y poetas de todo el continente. Según reportes de prensa fue una presentación de maravillas por la elegancia, el virtuosismo y a la vez el sabor popular de este concepto de hacer una nueva canción mediante la mezcla de lo clásico y lo popular.

Desde estas páginas anticipamos un rotundo éxito a este proyecto que llega en el momento oportuno de cambios de conceptos y estilos en la programación musical.

Pero más vale conocer la valoración profesional de personalidades de la música y el mundo académico que han tenido la gentileza de contestar un cuestionario para este reportaje sobre el álbum VUELA, que muy pronto el público podrá tener en sus manos.

JAIME ALMIRALL SUAREZ.
Director de programas musicales. Experto en medios masivos de comunicación.

Pregunta. ¿Consideras que con esta obra se rompen esquemas como un desafío creativo de altos rumbos?

Recuerdo cuando Leo Brower decía que había dos tipos de música: La buena y la mala. Como vecino suyo tuve la oportunidad  de manifestarle mi discrepancia, pues  música es una sola que funciona (o se adapta a las circunstancias). En la actualidad en cuanto a lo que la producción musical (¿) se refiere, se vienen dando tantos tumbos desde hace tantos años, que lo que nos ofrece Reynaldo Fernández Pavón es como el OASIS después de haber atravesado el desierto, de lo que ha llegado a convertirse la creación artística. Yo no diría que se rompen esquemas, prefiero decir que lo bellamente ordenado, en el aspecto artístico literario para transmitir un sentimiento -que es la raíz de la cancionística universal- se revaloriza en la obra de Fernández Pavón y auguro que ha de ser la llave que ha de abrir -de par en par- la puerta que han “entrejuntado” los promotores, en los últimos tiempos de lo que se ha denominado el hit del momento.

La obra de Pavón tanto en el orden creativo como interpretativo es auténtica y por eso los invito a sumergirse en esta nueva onda.

AYMEE NUVIOLA
Joven cantante de salsa, arreglista, compositora y pianista que actualmente triunfa en la televisión y los night club de Miami, que ha compartido escenarios con intérpretes del nivel de Celia  Cruz,  Jhonny Ventura y Oscar de León.

Pregunta. ¿Qué influencias notas en las interpretaciones de Reynaldo?

Opino que Reynaldo como Manzanero y otros grandes cantautores posee un alto nivel de comunicación e interpretación. Sus canciones son mágicas así como su forma de decirlas. Su voz cálida e incisiva penetra y no permite ni a los conocedores hacer juicios técnicos porque simplemente su sinceridad los desarma. Cuando él canta dice esto es lo que soy.  ¿Quién puede contra eso?

En este disco van algunas de sus vidas y sus muertes con sus respectivas resurrecciones, y mucha gente notable que se ha reunido en un mismo proyecto. ¡Qué más puedo decir!

ENRIQUE PATTERSON
Ensayista, profesor, comentarista de periódicos, televisión y radio.

Pregunta. Luego de escuchar las canciones de este disco, crees que se puede empezar después de los 50. ¿Es este CD un tributo a la Isla distante?

Creo que sí. Pero en este caso el comienzo no viene después de los cincuenta, se trata de alguien que ha dedicado casi toda su vida al cultivo de la música y a la poesía, con una destacada labor como compositor y poeta. Resulta que después de los cincuenta ‘El Racha’, como lo llamamos muchos de sus amigos, ha tenido las ganas de hacer un disco con sus canciones en lugar de dárselas a otro intérprete. La sensibilidad y la maestría se depuran con el paso del tiempo, y con ello los deseos de la fama joven, tantas veces efímera. A Reynaldo Fernández Pavón  le puede ocurrir con este CD, lo mismo que le está ocurriendo a Bebo Valdés, otro grande de la música cubana que ha vuelto a ser reconocido a los 80. El álbum de Reynaldo no sigue la corriente de la letra fácil. Es una expresión poética, apegada a los sentimientos universales propios de la cancionística cubana, el amor, el recuerdo, el desengaño, la nostalgia, etc.; y su voz melodiosa invita a la intimidad y a potenciar el espacio sagrado de lo íntimo.

La Isla es una circunstancia ineludible de los cubanos. Culturalmente el artista viaja, pero no se exilia y en eso desde Celia Cruz, Guillermo Cabrera Infante o Heberto Padilla, han convertido la permanencia en el horizonte de sus viajes tanto geográficos como espirituales. Este CD es un homenaje a nuestra música, a nuestra poética.

RAFAEL A. ANDREU
Director de videos musicales. Pionero del video clip musical en Latinoamérica.

Pregunta. ¿Qué te parecen las canciones “Quiero” y “Pequeña Rosa” en la voz de Reynaldo Fernández Pavón?

En mi modesta opinión, el trabajo de Reynaldo refleja una muy positiva evolución en la modalidad que tan extraordinariamente ejecuta. La ausencia del bolero en su más refinada interpretación ha dejado un lamentable agujero que muchos sentimos profundamente, como decir una pérdida “irreparable”. Bueno no está perdido, el bolero no nos ha dejado, llega de las manos de Reynaldo, de su talento, no sólo interpretativo sino también como inspirado compositor, quien nos devuelve ese mundo maravilloso de una melodía que definitivamente ha sido hecha para amar. Reynaldo nos hace sentir ese extraordinario espíritu que le caracteriza como una persona muy especial, nos narra sus historias, bellas historias sobre la mujer, el amor, la pasión, la decepción, la esperanza…. Todos esos sentimientos tan propios de nuestra gente en un leguaje sensual y melodioso, en un estilo único y muy personal, que hacen de sus canciones un legado que por muchos años será recordado. Definitivamente  no hay repetición en su arte, creo eso sí, que su arte será luego repetido y multiplicado. Reynaldo es extraordinario y genuino.

SANDRO CHIRI
Profesor de literatura y de idioma español en Temple University y poeta con varios libros publicados.

Pregunta. ¿Es acertado a estas alturas del siglo XXI volver sobre el bolero y la balada pop?

“No sólo las artes mayores son reflejo de una sociedad”, afirmaba Julio Cortázar y creo que tenía razón. El bolero es una expresión de arraigo popular, pero como toda manifestación artística está más allá de clase, credo, posición política, etc. El buen arte siempre será bueno y punto. Quienes insisten en ellos con calidad siempre tendrán receptores. “Lo bueno no es de nadie”, por consiguiente lo bueno es de todos decía Borges y yo coincido con él.

Más allá de sus virtudes como compositor y cantante, Reynaldo Fernández Pavón  ha tenido la virtud de adaptar poemas de Neruda a la música, y con ello no hace más que servir de enlace entre un público más amplio y la gran poesía hispanoamericana. Por ello, felicito su tremendo esfuerzo y le auguro toda clase de éxitos.

SUZZETTE ORTIZ
Pianista, cantante y compositora de la ciudad de Pennsauken, N. Jersey. Exitosa directora de coros que han obtenido importantes premios como la Copa de Oro del Concurso Internacional de Canto Coral “Primavera Musical” de la ciudad de Verona, Italia.

Pregunta. En tu condición de mujer y artista, cómo valoras, esta obra en su doble carácter interpretativo y de orquestación.

Conozco al Señor Reynaldo Fernández Pavón  por más de 10 años. Siempre lo he admirado como compositor. Su música, sus arreglos y la poesía envuelta en sus canciones ofrecen un renacer a lo que años atrás se consideraba la buena música. (Pienso en Armando Manzanero). La voz de Reynaldo me parece única pues como un consagrado no tiende a imitar a ningún cantante.

Su voz y su música están llenas de pasión y estoy segura que su CD gustará a todos aquellos que como yo deseen este tipo de música y no la canción producida por un sintetizador tocando ritmos prefabricados y letras de canciones que no tienen ningún tipo de mensaje ni poesía. Yo le deseo a Reynaldo el mayor éxito en su nueva producción que ha preparado con mucho ahínco y devoción.

Después de estas calibradas opiniones de renombrados artistas y profesionales relacionadas con la próxima aparición del álbum VUELA, pudiéramos resumir diciendo que “la suerte está echada”. Sólo es necesario agregar que alma, corazón y vida se unieron al talento para darnos este compendio que estoy seguro sentará pautas por su alto nivel de respeto al público. Espero que pronto podamos disfrutar de esta música de la buena, canciones a la medida de la excelencia.

 

Teo Rguez.
Miami News, Florida.

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Salutación al compositor Ramón Cabrera Pavón Argote en su nacimiento.

Salutación a Ramón Cabrera Pavón Argote

(Bayamo, 1918 – Madrid, 1993)
Por: Reynaldo Fernández Pavón

 Ramón Cabrera Pavón Argote
Ramón Cabrera Pavón Argote

Un amigo me envió desde Miami un Mp3 con la versión de Charles Aznavour de la canción Esperanza, la más universal de todas las canciones del primero de los catorce hijos que dio a luz Claudina Argote Vázquez en Bayamo y no por casualidad al nacer, le nombró con el seudónimo que llevó en la Guerra de independencia el general Antonio Maceo y Grajales, Ramón Cabrera autor que para sobrevivir trabajó como ebanista, vendedor ambulante de mangos, de carbón y hasta de enciclopedias.

Su canción Esperanza inspirada por Pepito Palma, pianista de la Orquesta Aragón que le dijo: – Ramón si me compones una canción con el nombre de Esperanza, la mesera del Brindis Bar, me aceptará como novio. Una semana después la grabaron; su amigo conquistó el amor de la mesera y Ramoncito compuso una de las canciones que desde entonces ha recorrido escenarios en todos los continentes con versiones en varios idiomas, entre las más conocidas, el cha-cha-cha de la Orquesta Aragón y la versión de Charles Aznavour que nos convence de que esta historia es una experiencia común a muchos seres humanos, como versan las dos primeras estrofas:

“La conocí y me enamoré,

Y me ilusioné,

Y ahora todo se acabo.

Al conocer su fingido amor

Que causó dolor

A mi pobre corazón.”

Escribiendo estas breves notas se develaron en mi memoria acontecimientos que mi alma por instinto había conservado como joyas en el exilio y las imágenes de mi infancia salieron corriendo hacia el patio donde crecieron con amor mis esperanzas.

Me vi en andas en los hombros de mi tío Ramón en el que fuera el Casino Español de la Playa de Marianao, una tarde de verano frente al mar que baña las costas habaneras. Mi tío. Con permiso de mi madre, me había llevado a un bailable donde actuaría el Benny Moré que, a la fecha, había grabado la mayoría de sus sones montunos en interpretaciones que sin excepción se convirtieron en éxitos nacionales e internacionales, como Bayamo, Palma Soriano, Guantánamo, Santiago de cuba, Manzanillo, Marianao y Pinar del Río que hilvanaron un collar de tributos a la belleza de las ciudades y campos de Cuba.

Tío,    ¿ dónde se conocieron tú y Benny? Le pregunté con la curiosidad propia de un niño y sonriendo contestó:  – Sobrino, yo vivía en un hotelito en la calle Teniente Rey donde  Benny durmió algunas  veces, allí le vi de cerca por primera vez y nos saludamos, pero fue Mariano Mercerón el que nos presentó-  y mientras Ramoncito me contaba con entusiasmo anécdotas de su amistad con el Benny,  la  banda gigante comenzó a tocar  los primeros acordes de su Trecero de Manigua, descripción poética de las fiestas de los guajiros y el “El Bárbaro del Ritmo” apareció en escena con su bastón y su sombrero. Una multitud que se encontraba dispersa corrió desaforada para amotinarse frente al escenario, petrificados, hipnotizados en un asombro mágico, nadie bailaba y el Benny trazaba figuras con los pies sobre el tablado, improvisando con la voz sobre el estribillo

“Trecero de manigua

Toca un son que reviva.”

Ramón Cabrera nació en Bayamo el 16 de noviembre de 1916, ciudad que fue incendiada durante La Guerra de los Diez Años por sus pobladores para que los militares españoles se sintieran frustrados en su marcha por aquella ciudad que se negó a ser ocupada.  Siendo un adolescente Recibió clases de solfeo, teoría y trompeta de su padre Ramón Pavón Cabrera, quien había obtenido en una oposición la batuta de director de la banda Municipal de Palma Soriano y montaba repertorio día tras día para estrenarlo en la retreta dominical con la banda de esa ciudad vestida de uniforme sobre  la glorieta del parque donde se daban citas las muchachas enlazadas de cuatro en cuatro y de seis en seis, mientras los jóvenes enamorados les susurraban piropos zalameros en los oídos… Entre esos caballeritos se encontraba Ramoncito en sus años mozos. Cuentan sus hermanos que uno de esos domingos iluminados, al escuchar el área de rigoletto Poeta y Aldeano el hasta entonces el aprendiz de carpintería y ebanistería, regresó a la casa decidido a ser compositor y escribió la canción Rosario que inició un ciclo de boleros coronados con Tu Voz en la interpretación de una cantante tutelar de las Américas, la sin par Celia Cruz.

Grandes cantantes como Celia Cruz,  Antonio Machín, Vicentico Valdés, Tito Gómez, Inocente Iznaga (El Jilguero), Pio Leiva, Ana Gabriel, Guadalupe Pineda y Oscar D’León entre otros que harían esta lista interminable, hicieron de su obra un repertorio luminoso.

En 1965 Ramón Cabrera se fue a Europa y volvimos a verle durante una triste estancia de casi dos años en Cuba.  Apresado en Europa por agentes del servicio secreto por el presunto cargo de ser “agente del enemigo imperialista”, le llevaron secuestrado desde Bulgaria hasta la isla en un buque mercante, agravio perpetrado por seres que destruyen y odian contra un cubano de pura cepa. Durante un pase que le otorgaron en la granja en la que se encontraba cumpliendo la condena impuesta por el tribunal revolucionario, fue visitado por la cantante Elena Burke y el compositor Cesar Portillo de la Luz en la casa de su madre en Buenavista. Cantaron durante toda la noche obras de la antología de la música cubana. Poco después de esa velada de lo real maravilloso le liberaron y viajó rumbo a Madrid donde le esperaban con ansiedad, su esposa Rosario y las personas que integraban el íntimo círculo de sus queridos amigos en tiempos en que María Dolores González Flores (Lolita) popularizaba su canción Con el insinuante Mirar.

Un día del cual ya tengo el recuerdo, las generaciones que están por nacer y los que ya han nacido, editarán  la Música de Ramón Cabrera,  y se escucharán en todos los rincones del planeta las melodías contagiosas de  Ahora si tengo un amor, Amanecer guajiroAmarga realidad, Anda machetero, Aves del Prado, , Caminito de Zaza  Cartagena plateada, Compréndeme nena, Con este Son, Deja de pensar en el mañana, Desconsiderada, En el Cabaret, Frutas de España, Los conquistadores,  La provocadora, La mano, Mala Yerba, Miguel, Mi parranda, ¡ Qué mala eres!, Tierra querida,  Ya te lo dije y Baracoa (1), obras que harán vibrar otra vez a todos los públicos y Ramoncito, desde la inmortalidad, escuchará vibrar los 32 armónicos de la canción que lo llevó a la cúspide de la fama y la popularidad:

“¡Ay! Que pena me da,

Esperanza por Dios,

Tan graciosa

Pero no eres buena.

¡Ay! que pena me da,

Esperanza por Dios,

Tan graciosa y sin corazón.”

Ramón Cabrera dejó de existir durante un invierno madrileño el 15 de diciembre de 1993 sin que sus familiares pudieran colocar una azucena sobre el sitio en que reposa.

Sirva este homenaje escrito en el aniversario de su natalicio como estímulo a la memoria colectiva.

 

(1) Recibí a través de Facebook un mensaje de Patricia Padrón, cubana que vive en Madrid y que hoy compartiré con los lectores, pues quizás en el futuro podamos rendir a Ramón Cabrera, el homenaje póstumo que merece, en el recinto en que reposan sus restos.

—“Hola, soy una cubana que vive en Madrid y hoy unos amigos me han llamado para comentarme de que todos los años van a la tumba de un familiar en el Cementerio de La Almudena, (una de esas personas es profesora de piano) .y siempre les llama la atención una tumba que se encuentra al lado de la que ellos visitan, no tiene fecha de nacimiento, ni año de  la persona cuyos restos yacen allí, pero si el nombre y un epitafio que dice, “La música es el alma y la vida de los pueblos y cuando es buena, lo es para todos” Ramón Cabrera, y más abajo dice:  “La muerte no se puede llevar toda tu obra, tu gloria queda y ella te hace inmortal”. Mi amiga tomó nota por curiosidad para buscar en internet información, pues pensó que se trataba de alguien importante en la música” …

Y por si no sabíamos dónde se encuentra la tumba que guarda los restos de este compositor cubano me hicieron llegar esta valiosa información para su familia y para sus incontables admiradores.

Agradecemos a Patricia y a sus amigos este gesto. Hacemos del conocimiento pública una relación de obras de este compositor que incluye canciones, boleros, sones y guarachas. Este listado de títulos no abarca todas sus obras, pero contiene, al menos, aquellas que grabadas por intérpretes de todas las latitudes se convirtieron en éxitos internacionales, buena parte de las cuales pueden escucharse en youtube.com.

  • Ahora si tengo un amor
  • A la Bahía de Manzanillo o Manzanillo.
  • Amanecer Guajiro.
  • Amarga Realidad.
  • Anda Machetero.
  • Aves del Prado.
  • Baracoa.
  • Bayamo.
  • Caminito de Zaza.
  • Cartagena Plateada.
  • Compréndeme Nena.
  • Con este Son.
  • Con el insinuante mirar.
  • Deja de pensar en el mañana.
  • Desconsiderada.
  • En el Cabaret.
  • Enfurruñao
  • Esperanza.
  • Frutas de España.
  • Guantánamo.
  • José Dolores.
  • La Mano.
  • La Provocadora.
  • Los Conquistadores.
  • Mala Yerba.
  • Marianao.
  • Miguel.
  • Mi Parranda.
  • Palma Soriano.
  • Pinar del Río.
  • Rosario.
  • Santiago de Cuba.
  • Tierra querida
  • Trecero de Manigua.
  • Tu voz.
  • ¡Qué mala eres!
  • ¡Qué sabrosura!
  • Ya te lo dije.
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    Todavía, un Disco para el Renacimiento de la Canción.

    Pensar en Francisco Céspedes es adentrarnos en la redención de la canción de amor que ha sobrevivido al hostigamiento, al abandono y a la desidia en un rinconcito del alma colectiva y que en la voz del cantor ve un posible amanecer donde los enamorados escucharán una música de fondo que les ayudará a sentir el amor en su máxima expresión, eso es Todavía: un abrazo tendido en el espacio desde la consagración de dos iluminados: Pancho y Aneiro Taño, quienes con el mayor respeto, comparten los estallidos que hacen posible la creación artística y literaria para enaltecer al público de todas las edades, devolviéndole a cada cual el sitial que desde siempre le ha correspondido y esta entrega la han realizado con el nivel poético y musical que el ser humano se merece.

    Este viaje a la consagración comenzó en la década del 70 del pasado siglo, cuando el canta-autor Francisco Céspedes cursaba el 2do. año de Medicina y en el Club “Johnny 88”, sitio emblemático de la vida nocturna habanera, donde se daban la mano los intérpretes de jazz y los cantantes de filin, encontró a la mujer que le provocó el amor, implosión interna que guitarra en ristre se convirtió en canción y que a veces no es tan fácil explicar. Esos estallidos del corazón quedaron para siempre en la nostalgia de Cuando te fuiste tú; había nacido el compositor que mucho después colmó de emoción a su público. Después de escribir sus primeras canciones, Pancho deja la carrera de medicina para iniciar el difícil camino de sobrevivir y hacer la canción «como dijera el maestro Cesar Portillo de la Luz» y se refugió en la música y la poesía. Miguel Ángel, su hermano mayor, se había convertido de la noche a la mañana en el cantante por excelencia de la canción romántica de la Isla Mayor de Las Antillas, lo cual, hizo posible que Pancho se relacionara con cantantes, arreglistas y autores en boga que lo estimularon a tomar la decisión de dedicarse por entero a la música y matriculó en el Conservatorio “Ignacio Cervantes”, centro de estudios donde recibió clases de Solfeo, Teoría de la Música, Apreciación Musical y Canto. En esa época se le vio actuar y cantar en shows de cabarets.

    En las madrugadas del Paseo del Prado Grabó su primer disco en los estudios del ICAIC y con esa cinta viaja a México dándose a conocer cuando el cantante Luis Miguel interpretó su canción Pensar en ti y se inicia la carrera que le convirtió en un canta-autor reconocido a nivel internacional.

    Por esas cosas de la vida que se han sido nombradas como casualidad, coincidencia o pre-destinación, Aneiro Taño y Francisco Céspedes nacieron el mismo día, a saber, un 28 de febrero. Aneiro escribe su primera orquestación a la edad de 11 años y en el Conservatorio “Amadeo Roldán” cursó estudios de armonía y morfología con el profesor Alfredo Diez Nieto y de Orquestación con los profesores Carlos Santoy
    y en la intimidad del hogar con su padre, el maestro Tony Taño, quien le hacía relacionar la armonía con los estados emocionales que se perciben al escuchar un acorde menor (tristeza) o uno mayor (alegría) o un acorde disminuido (tensión, miedo); lo armonías comparadas que le permitieron concebir la música en términos de coloraturas que viajan en el espacio interior del cerebro humano.

    Aneiro ha llegado a ser un músico reconocido por poseer una sensibilidad que le permite evocar a los compositores de la música de concierto y a los grandes arreglistas de la música popular que le antecedieron en su desempeño como orquestador, cualidad que le ha hecho merecedor de la nominación al Grammy americano al producir y dirigir al cantante José Feliciano en su Album Calle Latina en 1992 y la obtención de 4 GRAMMY Latinos, tres con la Intérprete Lila Downs, con la cual también obtuvo un GRAMMY americano en el 2013.

    Aneiro y Pancho se conocieron en una fiesta en el barrio de La Víbora, al paso del tiempo, Aneiro comenzó a tocar teclados en el grupo musical “Fa 5” en el que cantaba Miguel Ángel Céspedes, lo cual les acercó en el plano de la amistad. Pancho fue invitado a una Gala en el Anfiteatro de la Playa de Varadero y le solicitó a Aneiro que le escribiera las orquestaciones de las canciones que cantaría en ese evento; así comenzó la relación profesional entre estos dos artistas que se identificaron desde el primer instante por la pasión por la excelencia. De aquel momento ha expresado Aneiro: – Coincidimos en una fiesta de 15 años en 1978, Pancho era un tremendo bailador de Casino y “rasgaba” la guitarra. En nuestra conversación descubrí que era el hermano menor de Miguel Ángel Céspedes, entonces él estudiaba medicina. Fue 4 años más tarde cuando se acercó a mí para que le hiciera los arreglos a dos de sus primeras composiciones, ‘Dicen” y “A veces no es tan fácil” mejor conocida como “Miradas”, eso ocurrió en La Habana en el año 1982.

    La vida los encontró nuevamente para unir sus talentos y la experiencia acumulada en la creación de este regalo para los sentidos que han titulado “Todavía”; un disco donde cada canción es una primera canción que nos cuenta en términos poéticos una historia que puede ser común a cualquier ser humano.

    Francisco Céspedes, convertido en un chansonnier, se interpreta a sí mismo con el mismo rigor que los intérpretes consagrados cantan a los compositores tutelares de todos los tiempos y Aneiro Taño, en cada orquestación de este disco, alcanza la genialidad de los arreglistas que hicieron grandes las canciones y más grandes a los cantantes de todos los tiempos. Canciones como Mira, Mira, Todavía y Se perdieron al final se van a integrar la antología de la canción latinoamericana y el repertorio del CD Todavía surcará con éxito todos los escenarios, con independencia de los idiomas y la idiosincrasia de los públicos que lo escuchen, tal y como siempre ha sido el destino de obras de tan alto valor artístico-musical.

    Esta producción musical de la Wagner Music México, verá la luz en noviembre del presente para evocar el Renacimiento de la canción tan largamente esperado por los amantes de un género que ha servido de puente entre unos pueblos y otros.

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    El CD Sentimientos de Emilia Morales.

    Escuchando el CD Sentimientos de Emilia Morales he podido ver el rostro de la música cubana otra vez, y he comprendido que ninguna manifestación cultural ha logrado reflejar nuestros valores, nuestra sicología y nuestra forma de expresión como lo ha puesto de manifiesto la música popular. Sentimientos es una luz en el horizonte, un llamado a la reflexión ante la evidencia de que todavía late intensamente el espíritu cubano que se paseó por todos los escenarios del mundo a través de la canción.
    Emilia Morales contando con la producción musical y las orquestaciones de Emilio Vega, junto a músicos virtuosos y con muy buen gusto para grabar, se dieron cita en el estudio de grabaciones de la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales de La Habana para registrar con la pericia técnica del grabador Osvaldo Padrón un Álbum que va a ser parte de lo más selecto de la discografía cubana.

    El ingeniero de sonido y compositor Reynaldo de la Veiga tuvo la amabilidad de enviarme un link para que viera un video de Emilia Morales recientemente estrenado en youtube.com y tuve la oportunidad de escuchar una canción del repertorio del CD Sentimientos, me refiero a bolero de José Antonio Méndez Porque eres Diferente; video realizado por el director Yeandro Tamayo en el emblemático Cine Payret en la acera de enfrente del Capitolio de la Habana.

    Tamayo grabó este video con un equipo de filmación integrado por 11 personas que incluía el personal de producción, fotografía, luces, cámara, maquillaje y una pareja de bailarines: Penélope Morejón y Niosbel González que recrean magistralmente en la coreografía, las imágenes de un texto muy avanzado para su época, en el que José Antonio nos cuenta una historia en la cual tuvo que renunciar a un gran amor porque el ser amado era diferente. Este video que ha sido concebido con matinal y asombrosa delicadeza. La orquestación de Emilio Vega se escribió para Jazz Band. He compartido el link del video con ingenieros de sonido y amigos músicos que han coincidido conmigo en que el resultado sonoro de esta grabación está al nivel técnico musical de los Jazz band más renombrados de los 40 y 50, por momentos recordé la cultura de sonido de los músicos de la banda del Benny Moré, así suena esa banda que acompaña el bolero Eres Diferente, como las bandas de la época de oro de la música a nivel internacional.

    Antes de que me llegará el CD Sentimientos – que recorrió un largo camino desde La Habana a California-, estuve disfrutando el video y me convencí de que la música cubana puede ocupar el lugar que le corresponde, si los líderes de los medios masivos de difusión, del mundo del espectáculo y de la industria de la música retoman el repertorio que triunfó en todos los escenarios internacionales hasta la década del 60: lo graban, lo comercializan y lo llevan al mundo del espectáculo con el talento artístico adecuado para que las actuales generaciones tengan la oportunidad de discernir si les gusta o no.

    En el número siete del acople escuchamos el bolero Franqueza, de Chelo Velázquez una obra que tiene decenas de versiones y Emilia Morales pone toda su capacidad interpretativa para sostener el mensaje del bolero, poseedora de una voz entrenada en la canción lírica, hace un derroche de respeto al contenido y carácter íntimo del texto para hacernos sentir lo terrible que es “no poder hacerte feliz, aunque pretenda.” Emilio se remonta a la manera de preservar la intimidad de los arreglos de Rafael Somavilla, Adolfo Guzmán, Tony Taño y Ernesto Duarte, orquestadores que lograron hacer famosos a muchos cantantes.

    Y ¿qué decir de El Cumbanchero del compositor Rafael Hernández? Siempre pensé que no quedaba nada nuevo que aportar a este hit tan conocido en Las Américas y el Caribe, debo confesar que me equivoqué, la gran música latinoamericana de ayer, será hoy y siempre un producto que se puede retomar y renovar, lo que se necesita es tener talento y Emilia Morales hace un gran derroche de sensibilidad y capacidad interpretativa en este Álbum al abarcar los géneros más representativos de la música cubana para lograr un producto artístico-musical que por sus sentimientos, será disfrutado por los públicos de todos los continentes.

    Sentimientos es ante todo, un regalo para los sentidos. ¡Gracias Emilia!

    Reynaldo Fernández Pavón
    En Santa Clara, California 2017

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    “Elías Barreiro, el hombre detrás de la guitarra”.

    Por Reynaldo Fernández Pavón

    De Antonio Rodríguez Delgado

    La guitarra es un instrumento que en manos de trovadores y poetas ha participado en el proceso de creación de nuestra nacionalidad. Con las seis cuerdas de este instrumento crearon sus canciones figuras que se convirtieron en personajes míticos como Pepe Sánchez, Sindo Garay, Manuel Corona, Rafael Gómez Teofilito, Miguel Campanione, Alfredo Varona, Manuel Gallo, Sigfrido Mora, José Antonio Méndez, Cesar Portillo de la Luz y Martha Valdés.

    La guitarra ha sido el soporte armónico de los repentistas que hicieron de la décima, la métrica de versificación por excelencia del punto cubano con sus diversas tonadas y en una maravillosa conjugación de aportaciones de diversa procedencia, surgieron amantes del instrumento que hicieron posible el nacimiento y desarrollo de la “Escuela Cubana de Guitarra” que alcanzó su esplendor técnico gracias al paciente magisterio del profesor Isaac Nicola.

    Estamos en presencia de una obra de rescate escrita por el profesor y guitarrista Antonio Rodríguez Delgado, pedagogo incluido en la Enciclopedia Iberoamericana de Música, editada por la SGAE en España y cuya excelsa maestría ha sido reconocida por artistas de la talla de Pepe Romero, John Williams, Manuel Barrueco, Leo Brouwer, Elena Papandreu y Martha Máster=&0=&Este investigador y especialista de la enseñanza artística ya nos había sorprendido gratamente con su primer libro: “=&1=&“, publicado por la Real Musical en México en el 2010. En la escena y en la vida, Antonio Rodríguez Delgado rompe todos los esquemas existentes acerca del aprendizaje de las artes y muestra una concepción inter-disciplinaria de la educación artística, cuyo objetivo supremo es la realización de la esencia humana de los educandos y el desarrollo de capacidades físicas, mentales y espirituales que han hecho posible que sus alumnos hayan obtenido en más de 40 ocasiones, importantes premios en concursos internacionales, tales como, El Festival y Concurso Internacional de Guitarra de La Habana, el Concurso Internacional de Guitarra de Montreal, El Concurso Internacional de Guitarra Heitor Villalobos de Brasil, El Concurso Internacional de Guitarra Andrés Segovia de Granada, El Concurso Internacional de Guitarra de Munich, el Concurso Internacional de Guitarra Alexandria de Italia, el Concurso Internacional Tárrega de Banicasim y el Concurso Internacional de Guitarra Manuel M. Ponce de México.

    Antonio Rodríguez se encuentra con Elías Barreiro, a quien reverencia como precursor de la forja y la fragua de su quehacer y después de sostener horas de amenas conversaciones en la intimidad de los amigos, decide compartir las anécdotas que le fueron reveladas, rescatando así a una figura imperecedera de la música latinoamericana en el libro que tituló “=&2=&”, obra que será muy útil para la época de la restauración de la historia de la cultura cubana que habrá de llegar; documento de referencia para las futuras y actuales generaciones de estudiantes de música, a través del cual, podrán tener una noción del panorama artístico-musical de la primera mitad del siglo XX en la isla y conocer a un artista que fue sepultado por la cultura oficial. Para lograr su propuesta el autor ha utilizado un tono conversacional asequible para todos y muy especialmente para los lectores que no son músicos, quienes asistirán a un recorrido que comienza en la España de la década del 20 y luego de una larga y penosa travesía marítima, llegarán al histórico Puerto de Santiago de Cuba junto a una familia española que huye de la violencia desatada por la Guerra Civil.

    En la ciudad más caribeña del país, el lector asistirá al nacimiento de un niño de padres españoles a quien nombraron Elías y un día en que el universo estaba de concierto, escuchando al maestro Andrés Segovia interpretar El Fandanguillo de Joaquín Turina y El Sueño Trémolo de Francisco Tárrega, decide dedicar su vida al difícil arte de tocar la guitarra por la fascinación que experimenta.

    A través de la conversación de estos personajes conoceremos instituciones culturales, intérpretes y compositores que caracterizaron el ambiente musical de la joven República a la que Elías se sentía pertenecer y con infatigable entrega se convierte en el eslabón a través del cual generaciones de instrumentistas que le sucedieron conocieron e interpretaron las obras de Manuel M. Ponce editadas por Andrés Segovia, tales como, la =&5=&(homenaje a Fernando Sor), la =&6=&, la =&7=&y la =&8=&; los =&9=&de Héitor Villalobos; El =&10=&de Regino Sainz de la Masa; =&11=&, el =&12=&y la =&13=&de Joaquín Rodrigo, piezas de estudio obligatorio para el instrumento, hecho que constituyó un aporte de dimensiones monumentales, pues hizo posible que los estudiantes y guitarristas cubanos tuvieran acceso al repertorio considerado imprescindible para llegar a dominar la técnica de la guitarra.

    La adaptación de obras escritas para otros instrumentos que Elías Barreiro llevó al pentagrama, así como sus transcripciones, citadas en las páginas de esta amena lectura, son otro aporte que ha permanecido vigente hasta el día de hoy. Herederos de la consagración al magisterio de Elías Barreiro y Antonio Rodríguez Delgado son consagrados guitarristas que no podemos dejar de citar en este artículo como Manuel Barrueco, Sergio Vitier, Carlos Molina, Tomás Guzmán, Joaquín Clerch, Marcos Díaz Tamayo, Ernesto Díaz Tamayo, Alexis Méndez, Alí Jorge Arango Marcano, Héctor Vudoyra, Yasser Pérez Pendás, Raúl Corral Pérez, Donny Soriano, Fernando Luna, Apolinar Rojas, Mónica Maldonado, Luis Ángel Becerra, Rodrigo Villaseñor y Erick Maldonado.

    Detrás de la guitarra vibra la vida y la obra de un músico cubano de pura cepa que no podía quedar en el olvido y que fundara la Cátedra de Guitarra Clásica en la Universidad Tulane en New Orleans, influyendo notablemente el desarrollo ulterior del estudio de este instrumento en los Estados Unidos, país al que emigró en 1960.

    La información que Elías nos transmite en este dialogo con su interlocutor, enriquecen el acervo cultural y la percepción que tenemos respecto a temas artísticos, filosóficos y pedagógicos.

    El ebook “=&14=&” se encuentra en amazon.com y es un homenaje muy merecido del profesor Antonio Rodríguez Delgado a un artista de dimensiones universales.

    – “Honrar, honra”, José Martí.

    Reynaldo Fernández Pavón
    Compositor y escritor cubano

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    Dos Premios y una cantante: Sofía Liliana Vargas.

    Por Reynaldo Fernández Pavón

    Termina el 2015 con dos noticias que nos han llenado de júbilo; la cantante y animadora radial Sofía Liliana Vargas de Aguascalientes, obtiene dos importantes reconocimientos como intérprete en su país natal.  El Primer Lugar en la Categoría Semi-profesional del “Primer Encuentro Regional de Voces de Durango”, y Mención Honorífica en el “Concurso Nacional de Voces de Hidalgo”.

    A Sofía Liliana tuvimos el gusto de verla y escucharla por primera vez en la pantalla chica en la un recital en el 2008 en transmisión diferida  del programa de TV “VIVA AGUASCALIENTES” por  Mexicanal, programa en que se muestran los sitios más representativos de ese estado, la belleza de sus tradiciones, la obra de sus artesanos y a los intérpretes y compositores insignes latinoamericanos. Me impresionó sobremanera su proyección escénica y su voz desde los primeros instantes y me percaté de que estaba escuchando a una artista fuera de serie en un país donde por naturaleza propia se dan  cantantes célebres. Tomé un lápiz y en mi libreta de notas, dejé constancia de la impresión de aquel agradable  momento. Sofía Liliana, con los bellos matices de su voz y la fuerza interpretativa de su personal manera de cantar, interpretó El gallo de oro, corrido de Benjamín Sánchez Mora, El preso número 9,  Huapango de Roberto Cantoral y Tu Voz, canción-bolero de Ramón Cabrera; los presentadores del programa fueron Norma Nélida y Octavio Velasco, conocidos cantantes de música regional mexicana. Los temas incluidos en este recital, de por sí, evidenciaban que se trataba de una cantante en toda la extensión de la palabra.

    El pasado 14 de Noviembre en Cineteca Municipal de Durango se efectuó el  “Primer Encuentro Regional de Voces” y Sofía Liliana Vargas se alzó con el Primer Lugar de su categoría con el  tema Traición de Juan del compositor Víctor Cordero. Este evento se caracterizó por el respeto a la cultura, a la música y a los cantantes que participaron. Cuando Sofía Liliana hizo alusión a su lema: “CANTANDO, CANTANDO, TAMBIÉN SE ESTA LUCHANDO”, la ovación fue inmensa y felicitó al jurado y a todos los participantes, entre los que se encontraban sopranos, tenores y barítonos de alto nivel técnico y una orquesta de mariachis de 23 músicos.

    El movimiento Antorchista, organizador del “Concurso Nacional de Voces” realizó en el mes de noviembre del 2015 su cuarta edición  bajo el lema “Porque la música es libertad, Antorcha canta” movimiento que tiene como objetivo desarrollar la cultura y la educación de los niños y jóvenes campesinos en estos tiempos difíciles y durante dos días, en el  Teatro “Gota de Plata”, subieron al escenario 200 cantantes que interpretaron canciones, boleros y rancheras que son exponentes de la cultura musical de Nuestra América y Sofía Liliana obtuvo una mención Honorífica del Jurado representando a su natal Aguascalientes. Celebramos que esta cantante y animadora radial que cada semana promueve los valores más genuinos de nuestra música desde las ondas sonoras de la Emisora Radial Estéreo Méndel 103.7FM, haya obtenido merecidos reconocimientos de los especialistas y del público.

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    Una mirada al nacionalismo musical desde el primer cuarto del siglo XXI.

    Por el compositor y escritor Reynaldo Fernández Pavón

    Algunos creadores de música concreta, aleatoria y electroacústica, durante las tres últimas décadas del siglo XX, opinaban en los conservatorios, y en otros ámbitos, que el nacionalismo, en vez de ubicar a un país dentro de las corrientes artísticas universales, mantenía a los creadores en una especie de aislamiento, a merced de la búsqueda de una expresión musical autóctona. Se clasificaba el nacionalismo como una forma de componer opuesta a la llamada música contemporánea de entonces (no he aceptado esa clasificación porque pocas obras de la historia de la música me resultan tan contemporáneas como el Adagio, de Albinioni, y el Quinteto para clarinete Stadler KV 581, de Mozart, que sirvió de fondo musical al filme francés La felicidad).
    Esos criterios académicos y doctorales sobre este tema en particular, en mi época de estudiante de música, me situaban frente a una barrera, y en las artes y la literatura como en otras manifestaciones de la conciencia social hay una continuidad que incluye las rupturas, como el silencio es parte de la música en una partitura.
    Los ojos del tiempo me han permitido ver que en la crítica artística y literaria en muchas ocasiones existen presupuestos extraartísticos y literarios, e intereses individuales y de grupos que condicionan la perdida de la objetividad en una postura u otra frente al producto artístico.

    En esta aproximación deseo mostrar matices que resultan de gran interés para el análisis de una música contemporánea. En primer término, cabe mencionar que este estilo surge como una reacción al tutelaje y la influencia académica del sinfonismo alemán y de la ópera italiana. Los compositores de la periferia europea —por así llamarles para diferenciarlos de los alemanes e italianos—, tomaron  conciencia de la necesidad de expresarse con acentos propios, sin renunciar  al acervo morfológico y al sinfonismo desarrollado hasta la primera mitad del siglo XIX, actitud que les conduce a estudiar y utilizar la potencia del canto y la potencia del baile presentes en el folclore, en la música campesina y en algunos géneros de la música popular, como material musical que, como un arcoíris de notables  peculiaridades, contiene la presencia de melismas, tonos modales, cuartos de tonos y de polirritmia, a lo que se suma la diversidad de timbres de los instrumentos regionales, así como la incorporación de cuentos, leyendas, mitos y cantares autóctonos.

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    Se ha dicho que el nacionalismo exalta hechos culturales simples y primitivos, contenidos sin valor que auspician la mediocridad y lo eminentemente superficial en el plano morfológico y composicional; esta posición demuestra que es muy difícil trascender los presupuestos ideológicos de una época, los productos artísticos-culturales que categorizan como simplistas, primitivos y superficiales, representan las expresiones culturales de pueblos que fueron marginados por la cultura oficial. La antropología del colonialismo occidental alentó la investigación de estas culturas marginales, por la necesidad de conocer el “objeto colonizado”, sin embargo, a la larga, produjo un efecto contrario a los propósitos de los antropólogos burgueses, dado el hecho de que las investigaciones de campo dieron como resultado el desarrollo de la etnomusicología como disciplina. La información adquirida por los etnólogos se convirtió en una base material muy útil para compositores talentosos, pues utilizar elementos del folclore y fusionarlos con el sinfonismo europeo de manera tal que la obra se universalice requiere de talento probado (este fue el caso de la relación entre el etnólogo Fernando Ortiz y los compositores Amadeo Roldán y Alejandro García Caturla a principios del siglo XX). Surgen en este proyecto nuevas formas de emisión del sonido utilizando los instrumentos convencionales de la orquesta, pese a las limitaciones impuestas por la notación, y aparecerá el uso del minimalismo como recurso novedoso, en obras de compositores como Leoš Janáček y Leo Brouwer, que lo incluyen con fuertes contrastes orquestales.

    La ruptura con el sistema tonal se había iniciado con las resonancias bitonales de los compositores impresionistas, encabezados por Claude Debussy y Maurice Ravel, sistema que fue bien acogido por los compositores nacionalistas, que reflejan en sus obras una toma de posición frente al sentido tradicional y en ocasiones elitista de la música de concierto, actitud que permite la entrada en los teatros de expresiones pertenecientes a grupos sociales marginados, como ocurre en el caso de los cubanos Amadeo Roldán y Alejandro García Caturla, del norteamericano George Gershwin, de los españoles Manuel de Falla, Isaac Albeniz, de los húngaros Béla Bartók  y Zoltán Kodaly. Por cierto, supieron encontrar su propio lenguaje musical, lo cual no niega sus afinidades, a saber, el despegue gradual de la tonalidad y la armonía tradicional, la presencia de ritmos folclóricos, la utilización de elementos propios de la música popular, y el uso de compases compuestos como el 5/8 que se adaptaban mejor a las necesidades rítmicas de las obras.

    Para lograr una verdadera apreciación musical del nacionalismo más que cualquier tratado teórico, recomendamos la audición de la obra de sus cultores más célebres, tales como:

  • Edward Grieg, el más universal de los compositores noruegos.
  • Jean Sibelius, orquestador de tal importancia que hoy día se tiene muy en cuenta para medir la cultura orquestal de agrupaciones sinfónicas.
  • Glinka, precursor de la escuela nacionalista rusa, realizó estudios académicos en Italia e investigaciones del folclore español.
  • Balakirev, el ideólogo del grupo de los cinco.
  • Borodin, en las danzas polvosianas del Príncipe Igor se pueden escuchar los aspectos que tipifican el nacionalismo en Europa.
  • Moussorgsky, uno de los compositores más trascendentales del nacionalismo del siglo XIX. Sus audacias en cuanto a armonía y su rítmica penetran en el alma del mesianismo ruso, presente en obras literarias como Almas Muertas, de Gogol, a través del uso de ritmos y melodías litúrgicas. sus Cuadros para una exposición, obra para piano orquestada por Ravel, se convirtió en una obra de obligatoria cita.
  • Rimsky Korsakov, compositor ruso que alcanza el mayor reconocimiento, tanto en Rusia como en el exterior debido a su alto nivel técnico-musical que le permiten escribir un tratado de armonía y otro de orquestación de obligatorio estudio en las cátedras de composición.
  • Serguei Rachmaninov, pianista virtuoso y orquestador que escribió entre otras obras, muy ejecutadas en todas las latitudes, cuatro conciertos para piano y orquesta considerados verdaderas obras de arte para este instrumento.
  • Anton Dvořák, sus sinfonías son de obligatoria ejecución en el repertorio de una orquesta sinfónica contemporánea. Es el padre del nacionalismo checo. Autor de nueve sinfonías que tuvieron enorme resonancia en Europa y en las Américas.
  • Isaac Albéniz, pionero del nacionalismo español. En París, hacia fines del siglo XIX, se convierte en el centro de la actividad de los músicos españoles, tales como: Manuel de Falla y Joaquín Turina.
  • Joaquín Rodrigo, su “Concierto de Aranjuez” para guitarra y orquesta se ha incluido con frecuencia en los concursos internacionales de guitarra como obra obligatoria para los premiados.
  • Enrique Granados, discípulo de Pedrell, al igual que Isaac Albéniz, adquirió una cultura musical impresionante al recorrer Europa en giras de concierto. Su obra pianística Goyescas fue de un éxito arrollador entre los pianistas concertistas y el público. Junto con Albéniz y Falla, inició el llamado renacimiento musical español.
  • Manuel de Falla, compositor con el que la música española logra una expresión absolutamente propia.
  • Béla Bartók y Zoltan Kodaly, investigadores del folclore húngaro, cuya producción impactó todos los escenarios occidentales y sigue teniendo vigencia en las salas de concierto.
  • George Gershwin, logra la verdadera fusión entre el jazz y el sinfonismo europeo, fue alumno de Ravel en París, y su legado musical no ha sido superada por ninguno de los compositores americanos posteriores. Su opereta Porgy and Best, es considerada una obra magistral de la música contemporánea.
  • Y en nuestra América, Manuel M. Ponce, México, compositor muy polémico, objeto de críticas muy encontradas entre sí, se dedicó a utilizar temas del folclore mexicano, que orquestaba con el estilo romántico europeo.
  • Carlos Chávez, director de orquesta y periodista. Su música estuvo dirigida a rescatar el espíritu de las culturas nativas de México. En la Sinfonía India, utiliza instrumentos de la percusión yaqui.  Fue un intelectual en toda la extensión de la palabra y con su obra alcanza la cúspide el movimiento musical nacionalista en México.
  • José Pablo Moncayo, discípulo de Carlos Chávez y Candelario Huízar. En 1935 forma el Grupo de los Cuatro en México, junto a Salvador Contreras, Daniel Ayala y Blas Galindo para difundir sus obras.
  • Silvestre Revueltas, compositor mexicano de música sinfónica de la primera mitad del siglo XX, violinista y director de orquesta. La música de Revueltas ha despertado el interés musicológico 50 años después de su muerte. Uno de los compositores más relevantes del siglo XX; considerado incluso por algunos musicólogos el mejor compositor de las Américas.
  • En Cuba, entre los pioneros se encuentra Ignacio Cervantes, en su obra para piano laten la presencia de los elementos que conformaron una nueva nación y un nuevo pueblo.
  • Manuel Saumell, precursor de los aspectos que integran nuestra identidad, o lo que nos hace particulares dentro del mundo, considerado como un compositor fundacional de la contradanza y de la habanera
  • Amadeo Roldán, la primera audición —ofrecida por la Orquesta Filarmónica de La Habana— de la Obertura sobre temas cubanos de Roldán, se ha considerado uno de los acontecimientos más trascendentales de la música cubana. Su conocimiento de la música afrocubana, de manifiesto en sus Rítmicas, posee una profundidad y una universalidad sorprendentes incluso hoy día.
  • Alejandro García Caturla, abogado y compositor, creador de obras sinfónicas con temas y rítmicas de la música afrocubana. Fue jefe de redacción de la revista Musicalia, escribió la ópera Manita en el suelo, con libreto de Alejo Carpentier, sus obras han sido interpretadas en Europa, Estados Unidos y la América Latina, conducidas por los directores de la talla de Anton von Webern, Carlos Chávez, Ernesto Halffter, Erich Kleiber, Nicolás Slonimsky y Leopold Stokowsky. El uso de la percusión cubana y de los metales caracteriza sus orquestaciones, en las que la presencia de ritmos y cantos afrocubanos han logrado un deslumbrante poder de atracción en públicos diversos.
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    Kabiosile Carlos Embale

    Lejano, enjuto, como si se hubiera ido de su piel y de sí mismo, Carlos Embale mira, tras el cristal, un disco de Carlos Embale. El sol pone sus pinchos sobre el pavimento en el mediodía de la calle Obispo. Recorre otra vez el mismo aire que llenó con su voz aguda de guerrero, sin reconocerse al otro lado del vidrio. ¿Quién será ese Carlos Embale de enfrente?, se pregunta el Carlos Embale de este lado, mientras ensaya una mueca alegre al paso de los turistas que lo evaden, como se huye de un perro sarnoso o de una pared sucia. Un día dejó de reconocerse a sí mismo, y ni el amparo de la rumba de cajón que se filtra por entre las puertas de los solares, le traen el verdadero rostro que tuvo. Él mira el infinito y es un vacío tras la vitrina. Un brillo momentáneo del sol en el cristal, donde Carlos Embale de un lado mira al Carlos Embale del otro. Son uno y no son nada. Enemigos desconocidos a esta hora de cielo y soledad.

    No vi la escena. Me hubiera desgarrado la poca fe que me quedaba entonces en esa Habana que creaba tales espejismos. Me lo contaron tal como lo cuento. Y confieso que he demorado en visualizar, con Embale ya muerto, aquel fantasma de su persona menuda y poderosa. Los cubanos nos vamos del país o de nosotros mismos. Siempre un alejamiento nos hermana a la pelona. Por eso prefiero conservar su imagen anterior, subiendo al quinto piso de Radio Ciudad de la Habana, en el corazón del Vedado, con otros cómplices llamados Los Roncos, para desgranar aquella tarde de jueves la fruta melodiosa del guaguancó con claves humanas, palmadas y silencios, mientras narraba crónicas de vida con su voz erizada, sus ojos chinos de pequeño mulato, su amable presencia que ya comenzaba a evadirse de todos. Menos de la música que se le salía de los huesos.

    El hombre a quien Benny Moré le dijo, una noche de 1957 que no era segundo de nadie; la melodiosa voz de flecha que se iba sola con el ritmo acompasado, fuera columbia o son; el que siempre tuvo malas pulgas, y dicen que también supo ser amble y lejano, terminó viéndose él mismo desde otra dimensión, testigo incómodo de sí mismo, hasta que la muerte le arrimó el hombro para que él llorara la inmensa ausencia de sí mismo. Carlos Embale en el limbo de los grandes. Embale, Embale, yaya, yaya dice el coro, y el hombre que un día iba a desconocerse, suelta como un encantamiento: que rayos son tu lengua.

    Por eso en mi memoria, sigue Carlos Embale caminando solo y perplejo, olvidando al fornido mulato que sustituyó al gran Benny en el Conjunto Matamoros en 1946. Caminando hacia la muerte, y antes de perder la memoria y el rostro se despidió de la realidad a mediados de los noventa, curiosamente con la grabación de una pieza emblemática: La última rumba, de Ignacio Piñeiro; porque Carlos Embale le dio voz y vida a su Septeto. Recorrió entonces todos los barrios de la Habana a los que había cantado, sin reconocerse y sin reconocer, ya casi muerto en esa ausencia que no precisamente quiere decir olvido.

    Le mantengo así, con chispas en los ojos rasgados, el bigote pobre sobre el canto, que era frontera ya entre la perplejidad y el dolor, entre la alegría y la guerra al tiempo. Y segundo de nadie, ni siquiera de sí mismo, Carlos Embale sigue recorriendo los territorios privados del corazón, anunciando eternamente: Lo que nadie te ha podido dar/ yo te juro que te lo daré/ porque en ti he podido encontrar/ lo que en otro querer no encontré. Se rompen en esos momentos los vidrios de la tristeza, y los dos Embales vuelven a ser uno solo, caminando sin prisas, metiéndole a la rumba en la misma costura, guapo ahí, desafiando el injusto tiempo humano, Jesús María abajo, Cayo Hueso arriba. Santa Amalia, Luyanó y Los Sitios en el fragor de la memoria.

    Ramón Fernández-Larrea
    Barcelona, marzo del 2002

     

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    Kabiosile Bola de Nieve

    Era una redonda perla negra bajo la luz de la noche. Era la brisa y el tambor, la ronca letanía de la selva que se convierte en arpegio, en timbre dulcificado recorriendo salones de París y aguas de Veracruz, para llorar de amor y pena.

    Su pequeño espíritu divertido entra y sale del cine Carral, en Guanabacoa, tierra de aguas, de arroyos libres, bosque de indios que se hicieron espectros también, y donde el sol del mediodía de Cuba se filtra por las tímidas manos del helecho o los vitrales de asombro y agónica luz sensual.

    Es el alba con el ronquido del leopardo, entonando la ilusión cantarina de los fruteros de mi isla, anunciando la pulpa desafiante del mamey, y del mango de azúcares de fuego. Es ahora y después, con frac o chaqué, y unos dientes que quieren morder el cielo con demasiada alegría.

    Ignacio Jacinto Villa y Fernández, el que escuchó en su cuna los lentos cantos de la travesía inhumana de sus antepasados, el ruido del Océano culpable, la mar de otras orillas bajo las ceibas soñolientas de una tierra distinta.

    Pero lo cambió todo, sin olvidar. Es la ferocidad que convirtió en susurro, las claves del amor y misterios humanos. Los hondos aullidos del salvaje horizonte

    Es lo más femenino de mis hombrías, el duende cómplice que me cantaba al oído cuando yo amé en Cruz Verde, en Pepe Antonio abajo, cubierto por los framboyanes de la triste iglesia descascarada, o junto a la humedad sombría de los Esculapios. Era su voz, saliendo de la tierra, la que revivificaba el jazmín y el mamoncillo. Chichiricú, diablo mandinga que se ríe de las fronteras y la pobreza de los hombres.

    Supo ser triste de una manera muy solemne, con un dolor que estallaba oliendo a mermelada de guayaba, a tajadas de fruta bomba en la espesa noche de la bahía lejana. En la elegante media luz del Monsegnieur puso su cetro, el trono donde convocaba la agonía y la paz de una ciudad.

    Lo dijo burlándose, socarrón, divertido, desde su ébano gozoso: Yo/ soy negro social/ soy intelertual/ y/ yo fui a Nova Yol /conozco Broguay/ París, a quien habrían de llamar Monsieur, a su regreso al solar.

    Pero todo empezó mucho antes. El 11 de septiembre de 1911, en la calle Máximo Gómez, de la Villa de Guanabacoa, una vitalísima negra llamada Inés Fernández trajo al mundo a Ignacito, uno de los trece hijos que le ofrendó a mi tierra.

    Lo levantó entre cantos y narraciones fabulosas, donde la tía-abuela Mamaquica bailaba los rituales mágicos de la rumba de cajón. Y fue el regordete estudiante de piano azabache, a quien, en las matinés de películas mudas del cine Carral, que él animaba con música, alguien (dicen que un médico del lugar) bautizara como Bola de Nieve.

    Luego vinieron el maestro Lecuona, y México, y Rita Montaner, que en su imposibilidad de cantar una noche, lo llamó al escenario para que entrara a la gloria.

    Edith Piaf le escuchó, metido en sus predios cerrados, con su versión de La vie en rose, y le dijo que era suya, porque él la hacía tan llena de finas sangres que no parecía de vodevil, sino de profundidad marina, como si de su alma salieran pequeños borbotones de desamparo.

    Es todavía. Es siempre.

    En la ciudad de México cerró los ojos, una noche de 1971, terminando el ciclo donde lo había comenzado. No sé si en su reposo último la muerte lo engañó cantándole aquella nana que él le diera antes al mundo. Tal vez la confundió con la Mamá Perfecta, que regañaba a los muchachos.

    Él regresa. No se ha marchado nunca. Cruzando el cielo de mi país, sobre un piano, se ríe de las palmas, que le saludan, y de las ácanas y los jagüeyes imperturbables.

    Aunque en la noche húmeda, bajo la luna majadera, nos resuene su grito de dolor, casi un lamento a media voz, diciendo: Si sólo queda en mí/ dolor y vida,/ ay amor, no me dejes vivir, con una languidez que nos convierte en moribundos, en amantes agónicos frente al horizonte que no ampara: no se puede tener/ conciencia y corazón.

    Es la piedra negra que nos marcó Elegguá para seguir. Hijo de Oggún, que arma los hierros de la mañana; mitad Ochún, mitad Ochosi, el cazador, vigilando los tímidos venados que pasan en la noche de mi tierra.

    Es demasiado fervor para que el olvido le cubra. Un fantasma inquieto, que regresa en las mareas de nuestro sueño.

    Ramón Fernández-Larrea, en Barcelona, agosto del 2002.

     

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